Lo que parecía ser un nuevo estándar en el servicio de las aerolíneas comerciales, nacido de su voluntad de satisfacer a los usuarios deseosos de mantenerse permanentemente conectados a internet, ahora es motivo de preocupación.
El gobierno de Estados Unidos le solicitó a su Oficina de Fiscalización Superior (GAO, por sus siglas en inglés) que realizara una auditoría de las amenazas latentes para el sector aéreo. Y los expertos conlcuyeron que los servicios de wi-fi en pleno vuelo podrían terminar abriéndole una puerta a ataques terroristas.
De hecho, en el reporte de la GAO –que fue reseñado por el diario inglés The Guardian– se admite que un hacker viajando como pasajero podría teóricamente obligar a un avión a precipitarse a tierra.
Según los expertos, no sería fácil. Pero podría pasar.
«Los aviones modernos están incrementando su capacidad de conexión a internet. Esta conectividad potencialmente puede permitir acceso remoto a los sistemas de vuelo de la nave», se lee en el reporte de la GAO.
En opinión de esta institución, el esfuerzo de la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés) y las líneas aéreas por modernizar la tecnología a bordo representa una vulnerabilidad que puede ser explotada para mal.